Después de mucho tiempo llevando este blog, es por fin ahora, cuando he decidido actualizarlo e ir gestionando nuevas entradas con distintos contenidos a los hasta ahora habituales, que eran mayoritariamente el de mostrar las ilustraciones que iba dibujando.
Ha pasado un año de Miko, la gata japonesa de la suerte, que vino de la mano de la editorial especializada en literatura oriental Quaterni y de José Carlos Román, un escritor andaluz con muchos libros ya publicados.
Pues bien, os cuento cómo fue todo este proceso para que sirva a quien comienza en este fascinante mundo de la ilustración infantil.
Hacer un Álbum Infantil Ilustrado es un proceso bonito pero trabajoso, donde el ilustrador juega un papel protagonista en todo ello. Será el encargado de poner imágenes a un texto no escrito por él (en el caso de Miko) intentando sincronizar con el autor de la historia para plasmar en papel la idea del mismo.
Una vez que José Carlos Román me entregó el texto de la historia, tuve que realizar lo que se denomina "diseño de personajes". Este es un proceso más largo, aunque para mí, como ilustrador, es mi favorito. Bocetas a los personajes, los motivos ambientales, plantas, casas, ropas... todo debe tener una coherencia de estilo. La magia surge: del primer boceto al definitivo hay toda una evolución.
Después, con el texto en mano, comenzará el llamado storyboard donde se elabora el proceso de paginación detallando un boceto de las ilustraciones que irán en cada página así como del texto que le acompañará. Éste es el proceso más laborioso de todos. Hay que pensar muy bien qué irá en cada página, marcando un ritmo progresivo entre las ilustraciones y analizando los espacios en blanco de las mismas donde irá posicionado el texto.
El storyboard también incluye el diseño de portada y contraportada, las guardas del libro y la presentación interior donde aparece el título del mismo.
Una vez realizado todo esto, llega el momento de ilustrar. Realmente, lo más importante ya está hecho. Gracias al storyboard, el libro queda perfectamente orquestado y ahora se trata simplemente de ir dibujando cada "viñeta" del mismo a lo que denominaríamos arte final. Cada ilustrador utilizará la técnica que considere o que vaya con su estilo.
Para Miko, yo utilicé la ilustración digital. Dibujaba en una libreta los bocetos que luego pasaba al ordenador y a continuación iba resolviendo el arte final de cada ilustración. Lo bueno de tener un storyboard finalizado es que te permite realizar las ilustraciones en el orden que el dibujante prefiera. A veces esto es una gran ventaja. Todos sabemos que hay ilustraciones que nos apetece más dibujar y otras menos.
Este proceso en mi caso duró aproximadamente nueve meses. El ilustrador tiene que saber organizarse, porque previamente la editorial te ha dado una fecha de entrega y no puede demorarse.
Conforme iba terminando las páginas, las iba enviando tanto a la editorial como al escritor para que dieran su aprobación y fuesen siguiendo el proceso del álbum.
Finalmente, el ilustrador también maqueta el texto. Él lo escribe en la tipografía decidida y lo posiciona en la ilustración.
Como habéis podido observar y como decía al principio de este post, ilustrar un Álbum Infantil Ilustrado no es una tarea fácil. Pero es gratificante y apasionante si te gusta dibujar. Es un reto importante que afrontar y es enriquecedor ver el resultado final. Cuando ves el libro físico en tus manos, es imposible no emocionarse.
Escritor, editorial e ilustrador han estado conectados durante todo este tiempo para finalmente ver el resultado de su trabajo en equipo.
Deciros sólo que para mí ha sido una experiencia muy positiva y en la que tanto José Carlos Román como Quaterni me dieron libertad absoluta para ilustrar a Miko.
https://www.quaterni.es/producto/miko/
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